YLLARA
No es fácil definirme ni me gusta hacerlo, ya que cada definición es una identificación limitante. Soy, más que nada, un alma en evolución, un corazón abriéndose, consciencia despertándose, esencia expresándose a través de mi, una chispa que busca convertirse en la luz particular que cada uno somos llamados a ser. Trabajo con mi propia energía y consciencia, y me gusta ayudar a otros en su proceso interior, tanto individual como colectivamente, sirviéndome de la información y guía que ofrece la astrología védica evolutiva.
La astrología que practico es el Jyotish o astrología védica que proviene de la India y que descubrí en 2016, después de varios años dedicada a la astrología evolutiva de Occidente que intenta entender y trazar el proceso evolutivo del alma. Este es el propósito también de la astrología védica, que analiza la configuración kármica y el sendero dhármico reflejados en la carta astral, pero con un sinfín de exquisitos recursos, como las 16 Vargas (cartas divisionales o armónicas), Vimshottari Dasha (sistema de periodos planetarios), Shad Bala (fuerza planetaria), Avashtas (condiciones de los planetas) o Yogas planetarios.
Me fascina el inmensurable conocimiento del Jyotish, también como una rama de la erudición de la ancestral cultura védica, cuya aproximación a la vida y existencia humana es profundamente holística y espiritual. Es parte del contexto desde el que abordo la comprensión de una carta astral, sea para un vídeo en mi canal de YouTube o una lectura personal de carta natal. El análisis de un horóscopo es tan bueno como lo son el conocimiento y el nivel de consciencia del astrólogo, y es importante saber desde qué filosofía de vida interpreta una carta. La mía se basa en las Enseñanzas Tántricas, que recogen las tempranas instrucciones de los Vedas y culminan en el Shivaísmo de Cachemira. Hacen hincapié en el hieros gamos entre Shiva & Shakti, entre Prakasha o luminosidad y Vimarsha o el poder de esta luz de ser consciente de sí misma. Quiere decir que los seres humanos estamos hechos de luz de consciencia y somos capaces de reconocernos como tal.
Es un enfoque no dual que nace del Advaita Vedanta, que significa culminación del conocimiento de los Vedas. Pero el Tantra se distingue de la no-dualidad en cuanto a su postura diferente respecto al mundo fenomenológico. Mientras que la filosofía no dual renuncia al mundo, que considera una ilusión y aspira trascenderlo, las Enseñanzas Tántricas del Shivaísmo de Cachemira reconcilian la realidad absoluta o eterna y la realidad temporal o fenomenológica. Trascendencia o Shiva e inmanencia o Shakti, ser y crear, van de la mano. Son y crean la danza de la vida, que es para su y nuestro deleite. El objetivo de la vida no es solamente despertar a nuestra naturaleza trascendente, sino manifestar nuestra esencia y potencial en este mundo de la forma.
La flor de loto, que está en mi logo y crece en agua oscura mezclada con barro, o sea, al igual que nosotros en un terreno difícil, lleno de conflictos e ignorancia, finalmente, se alza y produce una hermosa flor. La realidad que se crea una vez que despertamos a nuestra esencia trascendente, es muy diferente a la que creamos desde la identificación con la persona separada y sus programas. El proceso alquímico continuo de transmutar lo que es falso y florecer en creciente autenticidad, describe mi camino desde principios del nuevo milenio, desde que una crisis de salud empezó a sacudir mi vida y me embarqué en hallar respuestas y vías de sanación.
Añadí a mi doctorado en filosofía y letras, que me permitió desempeñar durante casi 20 años una docencia en la Universidad de Sevilla, un grado en naturopatía y me formé en terapia cráneo-sacral, Reiki, esencias florales, gemoterapia, masaje Atlante, EMF Balancing Technique, Reconnective Healing y terapia regresiva. Mi enfoque se volvió cada vez más holístico, espiritual y sutil, hasta encontrar a través de la astrología acceso a la configuración, el condicionamiento y el potencial, así como el intento evolutivo de mi alma. Este conocimiento, gracias al cual empecé a liberarme, sanarme y florecer, siempre lo he querido compartir y poner al servicio de mis hermanas y hermanos en evolución. Describo en mi primer libro, El Regalo del 2012, que nos percibo como una cadena de luces que, poco a poco, va iluminando el camino y la esencia de la humanidad.
El nombre de El Código de la Diosa, procede de mi último libro publicada en 2014. Lo conservo para mi página Jyotish & Yllara por honrar a lo Divino Femenino o Shakti como la vida misma. Es la manifestación de Shiva, la forma que toma y el movimiento que inicia. Nosotros somos totalidad manifiesta en forma humana, y la vida que experimentamos cada uno, es la manifestación de nuestra consciencia. La vida nos pone por delante lo que necesitamos ver y transmutar, diseñando así el proceso de ser y expresar con creciente autenticidad quienes de verdad somos.
Es cuestión de colocarnos en el corazón, donde Shiva & Shakti se fusionan. Ahí vacío y forma coexisten. Desde lo imperturbable de la exquisita energía neutra del corazón, nos encontramos con nosotros mismos y con el mundo. No hay diferencia. Todo puede ser contemplado, integrado y transmutado, sin juicio ni afán de perfección. Igual que el Yin y el Yang forman el Todo del Dao, nuestra esencia eterna y nuestra presencia dinámica, física y temporal, coexisten. Se nutren y enriquecen mutuamente a través de la práctica del silencio, la introspección, contemplación y meditación, facilitándonos estar en el mundo con más consciencia y presencia, más anclaje, centro y conexión, más inspiración, intuición y guía.
Este es el sendero del corazón, un camino de comprometernos con la vida, con el despertar de nuestra consciencia y su tangible florecimiento en esta forma humana. Los que despertamos elevando la consciencia que somos todos, experimentamos cómo Shakti, la vida o fuerza vital que somos, asciende para fusionarse con la luz eterna de Shiva. Se vuelve uno con el amado, sólo habiendo amor, unidad y dicha. Es lo que experimentamos, casi siempre en meditación pero en ocasiones también en la vida diaria, como gloriosas vivencias de infinitud y gozo. Enriquecen nuestra vida que adquiere otro sabor y fragancia, teñidos de belleza, paz y una serena dicha. Pero la vida nunca deja de retarnos a crecer, porque Shiva anhela penetrar a Shakti profundamente. Y la Madre Divina anhela ser penetrada profundamente por el Padre Divino.
Esta es la danza de la vida que se despliega en cada uno de nosotros. Comprender esto, conocernos a nosotros mismos y tener herramientas para acompañarnos en nuestro proceso evolutivo, me parece esencial. La astrología es para mí una de estas valiosas herramientas. Explorar los símbolos, ciclos y conexiones enfatizados en nuestra carta natal, nos ayuda a comprender el universo que somos y a encontrar nuestro lugar en el universo. Y a través de los tránsitos planetarios, los astros siempre nos guían en nuestro camino. Por esto creo importante combinar las lecturas de cartas natales con vídeos acerca de los tránsitos que se dan en el cielo.
Finalmente, quisiera hacer hincapié en la importancia de entender y sentir los astros como energías vivas. Cada planeta representa un aspecto de la totalidad de consciencia, tanto observándolo en el cielo como también estableciendo contacto con él como arquetipo presente en nuestra psique. Creo que en los tiempos que corren es de vital importancia que desarrollemos una relación viva con los planetas y las estrellas, el micro y el macro cosmos, para entrar de nuevo en contacto con el misterio y la sacralidad de la vida. Es honrar a la Diosa que nos sostiene a nosotros y al planeta en su eterno abrazo, y es acercarnos a nuestra propia esencia que proviene de las estrellas y se manifiesta en la forma en esta hermosa Tierra, donde tanto nosotros como el planeta bien despertamos y florecemos, bien estamos abocados a la auto destrucción.
La astrología que practico es el Jyotish o astrología védica que proviene de la India y que descubrí en 2016, después de varios años dedicada a la astrología evolutiva de Occidente que intenta entender y trazar el proceso evolutivo del alma. Este es el propósito también de la astrología védica, que analiza la configuración kármica y el sendero dhármico reflejados en la carta astral, pero con un sinfín de exquisitos recursos, como las 16 Vargas (cartas divisionales o armónicas), Vimshottari Dasha (sistema de periodos planetarios), Shad Bala (fuerza planetaria), Avashtas (condiciones de los planetas) o Yogas planetarios.
Me fascina el inmensurable conocimiento del Jyotish, también como una rama de la erudición de la ancestral cultura védica, cuya aproximación a la vida y existencia humana es profundamente holística y espiritual. Es parte del contexto desde el que abordo la comprensión de una carta astral, sea para un vídeo en mi canal de YouTube o una lectura personal de carta natal. El análisis de un horóscopo es tan bueno como lo son el conocimiento y el nivel de consciencia del astrólogo, y es importante saber desde qué filosofía de vida interpreta una carta. La mía se basa en las Enseñanzas Tántricas, que recogen las tempranas instrucciones de los Vedas y culminan en el Shivaísmo de Cachemira. Hacen hincapié en el hieros gamos entre Shiva & Shakti, entre Prakasha o luminosidad y Vimarsha o el poder de esta luz de ser consciente de sí misma. Quiere decir que los seres humanos estamos hechos de luz de consciencia y somos capaces de reconocernos como tal.
Es un enfoque no dual que nace del Advaita Vedanta, que significa culminación del conocimiento de los Vedas. Pero el Tantra se distingue de la no-dualidad en cuanto a su postura diferente respecto al mundo fenomenológico. Mientras que la filosofía no dual renuncia al mundo, que considera una ilusión y aspira trascenderlo, las Enseñanzas Tántricas del Shivaísmo de Cachemira reconcilian la realidad absoluta o eterna y la realidad temporal o fenomenológica. Trascendencia o Shiva e inmanencia o Shakti, ser y crear, van de la mano. Son y crean la danza de la vida, que es para su y nuestro deleite. El objetivo de la vida no es solamente despertar a nuestra naturaleza trascendente, sino manifestar nuestra esencia y potencial en este mundo de la forma.
La flor de loto, que está en mi logo y crece en agua oscura mezclada con barro, o sea, al igual que nosotros en un terreno difícil, lleno de conflictos e ignorancia, finalmente, se alza y produce una hermosa flor. La realidad que se crea una vez que despertamos a nuestra esencia trascendente, es muy diferente a la que creamos desde la identificación con la persona separada y sus programas. El proceso alquímico continuo de transmutar lo que es falso y florecer en creciente autenticidad, describe mi camino desde principios del nuevo milenio, desde que una crisis de salud empezó a sacudir mi vida y me embarqué en hallar respuestas y vías de sanación.
Añadí a mi doctorado en filosofía y letras, que me permitió desempeñar durante casi 20 años una docencia en la Universidad de Sevilla, un grado en naturopatía y me formé en terapia cráneo-sacral, Reiki, esencias florales, gemoterapia, masaje Atlante, EMF Balancing Technique, Reconnective Healing y terapia regresiva. Mi enfoque se volvió cada vez más holístico, espiritual y sutil, hasta encontrar a través de la astrología acceso a la configuración, el condicionamiento y el potencial, así como el intento evolutivo de mi alma. Este conocimiento, gracias al cual empecé a liberarme, sanarme y florecer, siempre lo he querido compartir y poner al servicio de mis hermanas y hermanos en evolución. Describo en mi primer libro, El Regalo del 2012, que nos percibo como una cadena de luces que, poco a poco, va iluminando el camino y la esencia de la humanidad.
El nombre de El Código de la Diosa, procede de mi último libro publicada en 2014. Lo conservo para mi página Jyotish & Yllara por honrar a lo Divino Femenino o Shakti como la vida misma. Es la manifestación de Shiva, la forma que toma y el movimiento que inicia. Nosotros somos totalidad manifiesta en forma humana, y la vida que experimentamos cada uno, es la manifestación de nuestra consciencia. La vida nos pone por delante lo que necesitamos ver y transmutar, diseñando así el proceso de ser y expresar con creciente autenticidad quienes de verdad somos.
Es cuestión de colocarnos en el corazón, donde Shiva & Shakti se fusionan. Ahí vacío y forma coexisten. Desde lo imperturbable de la exquisita energía neutra del corazón, nos encontramos con nosotros mismos y con el mundo. No hay diferencia. Todo puede ser contemplado, integrado y transmutado, sin juicio ni afán de perfección. Igual que el Yin y el Yang forman el Todo del Dao, nuestra esencia eterna y nuestra presencia dinámica, física y temporal, coexisten. Se nutren y enriquecen mutuamente a través de la práctica del silencio, la introspección, contemplación y meditación, facilitándonos estar en el mundo con más consciencia y presencia, más anclaje, centro y conexión, más inspiración, intuición y guía.
Este es el sendero del corazón, un camino de comprometernos con la vida, con el despertar de nuestra consciencia y su tangible florecimiento en esta forma humana. Los que despertamos elevando la consciencia que somos todos, experimentamos cómo Shakti, la vida o fuerza vital que somos, asciende para fusionarse con la luz eterna de Shiva. Se vuelve uno con el amado, sólo habiendo amor, unidad y dicha. Es lo que experimentamos, casi siempre en meditación pero en ocasiones también en la vida diaria, como gloriosas vivencias de infinitud y gozo. Enriquecen nuestra vida que adquiere otro sabor y fragancia, teñidos de belleza, paz y una serena dicha. Pero la vida nunca deja de retarnos a crecer, porque Shiva anhela penetrar a Shakti profundamente. Y la Madre Divina anhela ser penetrada profundamente por el Padre Divino.
Esta es la danza de la vida que se despliega en cada uno de nosotros. Comprender esto, conocernos a nosotros mismos y tener herramientas para acompañarnos en nuestro proceso evolutivo, me parece esencial. La astrología es para mí una de estas valiosas herramientas. Explorar los símbolos, ciclos y conexiones enfatizados en nuestra carta natal, nos ayuda a comprender el universo que somos y a encontrar nuestro lugar en el universo. Y a través de los tránsitos planetarios, los astros siempre nos guían en nuestro camino. Por esto creo importante combinar las lecturas de cartas natales con vídeos acerca de los tránsitos que se dan en el cielo.
Finalmente, quisiera hacer hincapié en la importancia de entender y sentir los astros como energías vivas. Cada planeta representa un aspecto de la totalidad de consciencia, tanto observándolo en el cielo como también estableciendo contacto con él como arquetipo presente en nuestra psique. Creo que en los tiempos que corren es de vital importancia que desarrollemos una relación viva con los planetas y las estrellas, el micro y el macro cosmos, para entrar de nuevo en contacto con el misterio y la sacralidad de la vida. Es honrar a la Diosa que nos sostiene a nosotros y al planeta en su eterno abrazo, y es acercarnos a nuestra propia esencia que proviene de las estrellas y se manifiesta en la forma en esta hermosa Tierra, donde tanto nosotros como el planeta bien despertamos y florecemos, bien estamos abocados a la auto destrucción.